Fernando Fischmann

Qué podemos aprender de China sobre innovación

5 Marzo, 2015 / Artículos

Habitualmente, cuando desde América Latina se habla en términos económicos sobre China, lo primero que viene a la mente es: commodities. Es decir, China se ha convertido en uno de los principales destinos de exportación para América Latina. Y el principal producto a exportar hacia ese destino es la soya. Esto ha marcado la visión que desde el sur se tiene del gigante asiático.

Pero el ingreso de China a la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 2001 constituye un hito importante para la reforma y apertura del país al exterior, y para su desarrollo económico. Con el ingreso a la OMC, China ha abierto un nuevo camino de profundización de este proceso de apertura, y los 14 años pasados han sido un periodo de desarrollo sostenido y acelerado, en los que la nación ha compartido prosperidad y ganancias con el resto del mundo.

A partir de ese hito histórico ha quedado claro para el gobierno chino que la única forma de sostenibilidad del crecimiento era a través de un proceso de innovación creíble y comprometido. Es así que la inversión en I+D+i de China ha sido creciente, y ha aumentado rápidamente. Uno de los principales resultados de esta política es que el número de empresas con sede en China que aparecen en Booz & Company de Innovación Global 1000 han pasado de 15 a casi 50 en los últimos cinco años. En el año 2011, empresas con sede en China han aumentado su gasto en I+D en un 26.5%, más del doble del promedio mundial, cinco veces más que empresas europeas, y 11 veces más que las empresas japonesas.

De hecho, estos datos no son en términos absolutos, sino también cuando se comparan con los innovadores líderes del mundo. Los datos sobre innovación de este año muestran que tanto la calidad percibida como la efectividad de la innovación en China continúan avanzando. Aproximadamente el 64% de los encuestados en las empresas no chinas dijo que algunos competidores chinos son iguales o mejores que sus propias empresas innovando. Un fuerte incremento del 48% con respecto a la encuesta de 2012.

Las compañías chinas se están moviendo agresivamente para hacer sus programas de innovación globales. Más de dos tercios de los encuestados de este año dijeron que ahora están llevando a cabo en China el desarrollo de productos para el resto del mundo, muy por encima del 41% en el año 2012. Pero esto se va a potenciar en el futuro: el 88% de las empresas chinas dijo que van a hacer I+D global en China en 2023.

Este crecimiento vertiginoso en el desarrollo innovador de las empresas chinas ha llevado a encontrar algunos cuellos de botella. Todos los indicadores muestran que una de las limitantes permanente es el acceso y la retención del Talento, además de los aumentos de Costos en los últimos años. Pero la principal preocupación y limitante para seguir potenciando el crecimiento en innovación radica en “comprender las Necesidades del Mercado” (particularmente en el sector industrial), los Ecosistemas de infraestructura e innovación inadecuados y protección de la Propiedad Intelectual insuficiente (sobre todo en la industria de la salud y ciencias de la vida). Estas preocupaciones están presionando al gobierno para que desarrolle leyes más fuertes de protección intelectual y que se diseñen formas más innovadores de potenciar el ecosistema innovador en el país, en donde existe una institucionalidad que potencia la cooperación entre varias instituciones científicas, tecnológicas y de negocios.

En resumen, América Latina tiene mucho para aprender de China sobre innovación. Principalmente porque el crecimiento innovador chino viene del incremento (y voluntad) de inversión desde el sector privado. Esto implica la profesionalización de la innovación dentro de las empresas por medio del acceso y desarrollo del talento. Y fundamentalmente de comprender las potencialidades de innovación en el mercado nacional, regional e internacional. Aquello de Vender, y no solamente que nos Compren los productos y servicios que producimos.

Desde el sector público, el foco debería estar en desarrollar un innovador Ecosistema capaz de potenciar la innovación privada, diseñando mecanismos tales que le hagan creíble a las empresas que el cambio estructural, que implica la innovación, va a ser rentable en el mediano y corto plazo, y compensado en el corto.

En este marco sería posible crecer a “tasas chinas” sin depender exclusivamente de que “nos compren” commodities.

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