Fernando Fischmann

La innovación, la inteligencia artificial y la capacidad de predicción

9 Marzo, 2017 / Artículos

Esta semana podíamos leer varios artículos muy interesantes sobre la inteligencia artificial. En el primero de estos artículos Sandhya Venkatachalam propone en Forbes que la inteligencia artificial será probablemente la megatendencia tecnológica más importante en el 2017. En la actualidad, estamos creando un mundo donde las máquinas están empezando a entender y anticipar lo que las personas queremos hacer. Al mismo tiempo parece que la evolución de la inteligencia artificial se está acelerando en los últimos años. Hace medio año escribí en este blog una serie de tres artículos sobre la inteligencia artificial y el diseño de un mundo mejor en el que repasaba la evolución de este concepto. El famoso matemático británico Alan Turing ya realizó una predicción en el año 1951 augurando que cabía esperar que en algún momento las máquinas tomasen el control. En 1956 los investigadores John McCarthy, Marvin Minsky, Allen Newell, Arthur Samuel y Herbert Simon acuñaron la expresión “inteligencia artificial”. Por cierto, Herbert Simon puede ser considerado como un polímata con una de las mentes más brillantes de los últimos años habiendo recibido tanto un premio Nobel en economía en 1978 como el premio Turing en 1975. En 1958 distintos expertos matemáticos y científicos como John von Neumann y Stanislaw Ulam se interesaron por el momento hipotético en el que el desarrollo exponencial de la tecnología desencadenará un crecimiento fuera de control que resultará en un momento de máxima incertidumbre para la civilización humana. Este momento se conoce como singuralidad tecnológica.

El autor de ciencia ficción Vernor Vinge publicó un artículo muy referenciado sobre la singularidad tecnológica titulado “The Coming Technological Singularity: How to Survive in the Post-Human Era”. Vernor abordaba temas como la inteligencia superhumana, redes computacionales, interfaces cerebro-máquina y ciencia biológica haciéndonos reflexionar sobre las limitaciones del conocimiento humano y el desarrollo autónomo de la inteligencia artificial. En los últimos 10 años una persona que ha profundizado en la singularidad tecnológica es el polímata Raymond Kurzweil que es inventor, músico, escritor, empresario y científico especializado en inteligencia artificial. Desde hace 5 años es también director de ingeniería de Google. Su obra se caracteriza por haber realizado predicciones sobre el futuro de la humanidad en los libros “La era de las máquinas inteligentes, 1990” y “La era de las máquinas espirituales, 1999”. En este segundo libro Kurzweil propuso la “ley de rendimientos acelerados” en relación a los incrementos en las tasas de progresos tecnológicos y sus impactos. Su último libro “La singularidad está cerca, 2006” nos avisa de la proximidad de la singularidad tecnológica. Algunos expertos como Kurzweil prevén alcanzar la singularidad en algún punto entre el 2030 y el 2045. Sin embargo, algunas predicciones de otros investigadores que analizan el tema son menos próximas en el tiempo. Según un estudio de Vincent C. Müller y Nick Bostrom con expertos en inteligencia artificial en 2013 se estimaba que hay un 50% de probabilidad de alcanzar una máquina inteligente de alto nivel para el año 2040 y una máquina superinteligente para el 2070. Entonces, ¿En qué punto nos encontramos realmente con la inteligencia artificial? Y más importante ¿Qué tienen que hacer las empresas en relación a estas megatendencias tecnológicas?

En su artículo para Forbes, Sandhya plantea que para que una máquina sea considerada inteligencia artificial debe ser consciente en el sentido que conozca el contexto y el lenguaje humano. Debe tener la capacidad de análisis, tratando datos y el contexto para aprender. Debe ser adaptativa utilizando dicho aprendizaje para adaptarse y mejorar. Debe poder anticiparse entendiendo los mejores movimientos posibles. Por último, debe ser autónoma interactuando independientemente sin programación explícita. Según el autor, los sistemas que vemos hoy en día como Siri de Apple solo pueden hacer algunas de estas cosas de manera parcial. Sin embargo, este año se dan ciertos factores que están poniendo la inteligencia artificial en las agendas de los directivos. Por una parte, todo lo que nos rodea se está convirtiendo en un dispositivo conectado. En segundo lugar, la computación es cada día más barata. En tercer lugar, las máquinas que aprenden son la nueva fuente o motor de las empresas. En otro interesante artículo de Ajay Agrawal, Joshua S. Gans y Avi Goldfarb para MIT los autores explican porque los directivos de las empresas deben considerar la inteligencia artificial como fuente de valor. En dicho artículo los autores explican que los avances de la inteligencia artificial han reducido los costes estimados que supone la predicción. Los datos permiten a los directivos predecir mejor, tener mejores criterios para la toma de decisiones. Es fundamental para el directivo entender que se necesitan una serie de nuevos talentos y experiencia para predecir mejor y comprender el valor de una toma de decisiones mejorada o potenciada. La inteligencia artificial es el complemente ideal para las metodologías de prospectiva que escanean los “futuros probables”, “futuros plausibles”, “futuros posibles” y sobre todo “futuros preferibles”. Herramientas como la hoja de ruta tecnológica o la planificación de escenarios pueden potenciarse con el uso de sistemas inteligentes que ayuden a las empresas a navegar hacia estos futuros preferibles identificando amenazas y oportunidades.

El científico e innovador, Fernando Fischmann, creador de Crystal Lagoons, recomienda este artículo.

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