Fernando Fischmann

Seis mitos de los negocios sustentables

21 Abril, 2015 / Artículos

En un mar de conceptos como ecología, filantropía, responsabilidad empresarial y social, sustentabilidad y cambio climático, los directivos de las empresas se confunden y entienden los términos como pueden o como les conviene.

Algunas compañías creen que ser sustentable es una moda y que el cambio climático y la limitación de recursos naturales no impactan la economía. Pero la sustentabilidad es cambio.

“Algunas empresas minimizan el concepto y lo reducen a una moda porque no entienden todo el aparato integral de acciones que implica”, dice Gwenaelle Gerard, directora de ResponSable, una consultora especializada en temas de responsabilidad social para empresas, a la edición del 5 de julio de 2013 de la revista Expansión.

Otras aseguran que la sustentabilidad sólo es un asunto para las empresas grandes que tienen presupuesto. Y más de una firma cae en el peor mito: que responsabilidad social y sustentabilidad son sinónimos de filantropía y que los informes anuales sólo sirven para hablar de finanzas.

El Consejo Mundial Empresarial para el Desarrollo Sostenible, organización que agrupa a 200 empresas de diversos sectores en 36 países y que se dedica a difundir y promover la sustentabilidad, dio un aviso en 2010 en el informe ‘Visión 2050’: hacer negocios como siempre no conduce más que a una debacle económica y social.

El informe explica que en las próximas cuatro décadas habrá más de 9,000 millones de habitantes y un mercado potencial de consumidores que abrirá nuevas oportunidades de negocios.

Pero, si no cambian la agenda empresarial, la actitud de las corporaciones y las políticas gubernamentales, los recursos naturales se agotarán.

Para muchas compañías, la sustentabilidad sigue siendo un misterio y por ello se analizarán seis mitos para descubrir qué tan verdes pueden ser los negocios que se dicen verdes.

1. Lo verde es moda

¿Para qué invertir en algo que no repercute en los negocios ni en la relación con los consumidores?

Muchas empresas se hacen verdes porque lo ven como negocio, otras piensan que corren riesgos económicos de no hacerlo y algunas sólo cuidan su imagen, dice Carlos Fernández, investigador del Centro Mario Molina.

Fernández cita el caso de Ben & Jerry’s, que hace años lanzó el helado Rainforest Crunch, elaborado con nueces de comercio justo. “Presumían que compraban las nueces a una comunidad rural de Brasil, donde se protegía el ambiente”, comenta Fernández a la edición del 5 de julio de 2013 de la revista Expansión.

El helado tuvo éxito, pero luego se supo que sólo 10% de las nueces era sustentable y el resto lo compraban en los mercados tradicionales.

Pensar que ser verde es una moda es ignorar que será la estrategia de negocios del futuro para sobrevivir en el mercado, afirma Gwenaelle Gerard, directora de ResponSable, una consultora especializada en temas de responsabilidad social para empresas.

“Sólo controlar el ciclo de vida de los productos ya impacta en el ahorro de materias primas, agua y reciclaje de residuos”, agrega.

Estos procesos, aunque parecen invisibles, son estratégicos para sus negocios y las empresas creen que sólo se reducen a beneficiar su imagen ante los consumidores.

Detrás de lo verde, explica Gerard, también está la gestión de riesgos: qué tanto tienes que invertir para prever posibles contingencias ambientales u otras situaciones que pueden afectar tu empresa.

2. Ser verde basta con una certificación

Basta con que las empresas digan que son verdes y se certifiquen para ser sustentables, dice otro mito. Pero una certificación ambiental o de sustentabilidad no es una excusa para dejar de planear mejoras en las operaciones a largo plazo.

“Es un gran mito creer que sólo las empresas que están certificadas son responsables”, dice Rodolfo Sagahón, coordinador del Pacto Mundial de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial en México.

Las certificaciones ayudan, pero las empresas piensan que con ese sello no tendrán que preocuparse a largo plazo ni mejorar de forma continua.

“Buscan certificaciones por una cuestión de mercadotecnia”, señala Gwenaelle Gerard, directora de ResponSable, una consultora especializada en temas de responsabilidad social para empresas.

“Lo óptimo es que cada empleado conozca su papel en relación con la sustentabilidad. Eso permitiría que apoyen en la medición de huellas ambientales y ayuden a cumplir las metas a futuro”, dice Ana Gabriela Robles, directora de Punto Verde, consultora especializada en sustentabilidad.

Robles asesoró a HSBC en 2005 para implementar su programa de sustentabilidad, sin buscar certificaciones, con la participación de sus empleados, a quienes capacitó para realizar acciones para disminuir sus impactos ambientales.

Para 2007, el banco redujo 8% los gastos de energía, 25% de emisiones y 435% de desechos en 227 de sus sucursales.

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