Fernando Fischmann

Robotizar la caza de talentos, humanizar la gestión del personal

4 Enero, 2019 / Artículos

Ataviada con camisa roja de seda y falda negra larga hasta el suelo, Sophia observa diplomática el entorno. Sus ojos color mostaza recorren pacientes la sala. Se deduce una sonrisa en sus labios, aunque es difícil decidir si se siente cómoda. La cuestión se aclara cuando ese gesto es sustituido por una carcajada silenciosa, mueca que repite de vez en cuando. Tiene alguna arruga en la cara, y cada vez que gira el cuello, aparecen disimulados pliegues en su piel. Lo que explica que todo ello, tan normal en un ser humano, sea destacable, es el conjunto de cámaras que tiene insertado en el pecho y que allí donde acaba su frente, empieza un cráneo transparente.

Sophia es el primer robot humanoide del mundo. Fue desarrollada por Hanson Robotics y está en Barcelona para asistir, por primera vez, a un congreso de Recursos Humanos, la International HR Conference Barcelona, donde está llamada a demostrar que entre sus capacidades se encuentra la de ser captadora de talentos y entrevistadora para una empresa. Ser, en definitiva, la prueba viviente de todo lo que la tecnología puede hacer en esta industria.

Y bien rápido lo consigue. “Sophia, ¿crees que humanos y robots van a trabajar juntos en armonía?”, le pregunta sobre el escenario la fundadora de Advantage Consultores y organizadora de la conferencia, Sylvia Taudien. “Podemos trabajar juntos de forma complementaria: nosotros podemos encargarnos de las tareas más tediosas y vosotros centraros en las tareas creativas“, responde la robot. “¿Tenemos que poner límites a la Inteligencia Artificial?”, prosigue Taudien. “No creo que necesitemos límites per se“, responde de nuevo.

La situación llega a su punto más hilarante cuando, apremiado el público a lanzar preguntas improvisadas desde sus butacas, Sophia interrumpe las dificultades de Sylvia Taudien para entender la pregunta de una asistente, con el fin de empatizar, la robot, con la misma. “Tranquila, es una palabra difícil de pronunciar”, espeta. O cuando, tras simular una entrevista de trabajo donde ella es la responsable de conocer y contratar (o no) a una candidata, le preguntan por qué motivos ha optado finalmente por incorporarla a la empresa. “Mayoritariamente por la seguridad en sí misma y por sus habilidades”, justifica la robot.

Su inteligencia, pues, es indudable. El debate que se desprende de su mera existencia, ineludible.

“Es la primera vez que, gracias a la revolución de la Inteligencia Artificial, estamos viendo robots no sólo asumiendo labores humanas, sino sustituyendo a humanos en esos trabajos“, había planteado, en una conferencia previa, la directora de talento y desarrollo global de Telefónica, Marta de las Casas Fuentes. “Los profesionales de los Recursos Humanos vivimos un momento muy emocionante: estamos en el mejor lugar para observar cómo la tecnología está impactando en las dinámicas laborales”.

La buena noticia, para los profesionales de este sector, es que mientras teleoperadores, pilotos de aviones o incluso ingenieros informáticos avanzan en profesiones con alto riesgo de ser automatizadas, el mercado de los Recursos Humanos parece estar exento de ello. “Nuestro papel trabajando con la gente, con sus miedos, emociones y resistencias… es algo que no puede ser automatizado”, expuso la misma. “Es por eso por lo que hoy tenemos un rol tan importante”.

Y es que, de hecho, pese a que el foco de debate parece estar hoy exclusivamente en la tecnología, en la quinta edición del International HR Conference Barcelona, parte del grueso estuvo en las tareas pendientes en cuanto a cultura empresarial y dinámicas de trabajo dentro de una compañía.

El ingeniero de Google, Milton Ribeiro, regaló a la audiencia parte de una historia personal para poner tal discusión sobre la mesa: él, que se había movido entre grandes empresas y start ups sin aguantar mucho tiempo en ningún sitio, dijo sentir que, en Google, ha encontrado su lugar. Y lo atribuyó, sin dudar, a que allí se respira una muy buena cultura de trabajo.

Entrado ya en materia, el ingeniero resaltó la importancia de construir equipos con perfiles variados para enfrentar los proyectos laborales. “Muchas veces, para resolver un problema necesitas conocer bien la cuestión, y normalmente los ingenieros no somos muy buenos en eso: nos centramos tanto en la forma de resolver el problema que olvidamos investigarlo para entenderlo bien”, dijo Ribeiro. “Es muy importante crear equipos diversos en el entorno tecnológico”.

En cuanto al modo de enfocar el global de los proyectos, el gestor sénior de experiencia y talento de Vistaprint, Yusuf Okucu, introdujo al público en las tan de moda metodologías Agile. O, por lo menos, en como las han adoptado y llevado a su terreno en su compañía.

Las metodologías ágiles (que, el ponente aclaró, son más una visión y concepción de las cosas, que un método práctico como tal) se centran en valorar al individuo y potenciar las interacciones con el equipo de desarrollo. Según este modo de pensamiento, el principal factor de éxito en un proyecto de software son las personas y el foco debe estar puesto en cocrear con el cliente.

Eso, concluyó, es fácilmente trasladable al ámbito de los Recursos Humanos. Es tan fácil, ejemplificó para terminar, como preguntar más por mentalidad que por capacidades en una entrevista de trabajo, realizar esa entrevista con juegos o proponer debates sobre un tema relacionado con la empresa entre dos candidatos en los que participe, a su vez, el entrevistador.

El científico e innovador, Fernando Fischmann, creador de Crystal Lagoons, recomienda este artículo.

El Mundo

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