Fernando Fischmann

Más innovación y ciberseguridad

30 Diciembre, 2016 / Artículos

Según el Global EntrepreneurIndex 2017, que da cuenta del índice de emprendimiento del 2016, Chile se ubica en la posición 18 a nivel mundial y número uno a nivel regional, lo que incluye a Sudamérica, Centroamérica y el Caribe. Esto, por supuesto, nos debe llenar de orgullo, pero no nos podemos conformar con ello y debemos ir por más.

A pocos días de finalizar el año 2016,creo que es fundamental el plantear un par desafíos de cara al 2017,que serán cruciales para que Chile pueda mantener su senda de crecimiento en la nueva economía digital.

Los niveles de conectividad que hoy presenta nuestro país, lo hacen el líder de la Región. El crecimiento exponencial de ciudadanos con acceso a Internet, hoy supera el 84% de acuerdo a las cifras sectoriales. Esta tasa de conectividad, sin duda nos hace estar orgullosos del potencial que pueden alcanzar los ciudadanos con acceso a internet o a la tecnología.

Entonces la pregunta necesaria es ¿qué hacemos con toda esa conectividad? ¿cómo el Estado y los ciudadanos se pueden subir a la Era Digital? La repuesta está en la innovación.

Innovar, no es una opción, es un deber. Eso se aplica a todo orden de cosas y, especialmente, de áreas económicas. Desde los pequeños comerciantes, hasta las compañías multinacionales, en el entendido que este nivel de conectividad actual, requiere que la oferta que generemos, sea acorde con la demanda de las personas, que están cada vez más conectadas e informadas y muchas veces conocen mejor los productos o servicios, que los propios vendedores.

En este escenario, la nube o cloud, es una plataforma fundamental. Su infinita capacidad de cómputo, es igual a su infinita variedad de uso. Desde un correo electrónico; e-commerce; juegos online; almacenamiento o complejas operaciones productivas, entre otras, desarrolladas e implementadas vía remota, en las que algunas veces basta con un par de clics para supervisar, prevenir y ejecutar labores.

La inteligencia que se puede desarrollar en el cloud es tal, que se está utilizando en muchas partes para mejorar el transporte, tener ciudades más seguras, servicios públicos modernos y muchas mejoras más, son las que se podrían alcanzar si tuviésemos una apuesta mayor por la innovación, por la nube y, finalmente, por la transformación digital.

Un estudio sobre el uso de la nube realizado por Microsoft y la Fundación Chile, arrojó que sólo un 55% de los ejecutivos que participaron de la encuesta, tiene un alto conocimiento de lo que es el Cloud.

Además, concluye que el Cloud Computing se constituye en un espacio para el desarrollo de nuevos emprendimientos basados en la provisión de servicios. También la nube habilita el desarrollo tecnológico de las pequeñas empresas, al permitir montar y escalar tecnología de clase mundial, sin mayores costos de inversión e independiente de la ubicación geográfica en que la organización se ubique.

En ese sentido, llama la atención que se desconozca que la nube tiene beneficios que van desde los bajos costos de su implementación, hasta el ahorro que conlleva el tener disponible una infraestructura virtual como esa. También en el cloud no se requieren grandes inversiones iniciales, se fomenta el trabajo colaborativo y responde sin problemas a altos episodios de demanda de uso, entre otras muchas características. Además, es una plataforma segura. El 92% de los encuestados, señaló que para ellos lo más importante es la confianza en la migración de los datos y los niveles de seguridad de dónde se guarda aquella información. En ese sentido y en muchos otros, la nube cumple cabalmente con esas necesidades, pues los usuarios pueden establecer los niveles de seguridad que ellos requieran en sus operaciones.

El Estado ha avanzado en algunos puntos importantes en cuanto a su modernización hacia lo digital y es un buen esfuerzo, que debe ser replicado en todo el aparato estatal, fomentando su uso en la ciudadanía. Esos esfuerzos, eso sí, deben tener un especial cuidado en ir aparejados con políticas públicas que impulsen la transformación digital y, en resumen, el uso de las tecnologías, porque nada sacamos con tener disponible servicios y productos de última generación, si no hay consciencia de los beneficios, deberes e incluso peligros de ellos.

Esto lo comprobamos en una encuesta que hicimos en Microsoft en conjunto con el Observatorio del Comercio Ilícito de la Cámara Nacional de Comercio, dirigida a las Pymes de las principales ciudades de Chile, como lo son Valparaíso, Concepción y Santiago. Casi el 35% de ellas, ha sido víctima de incidentes de ciberseguridad, que van desde un simple virus, hasta un ataque de phishing. Lo más alarmante, es que de ese total, casi un tercio no hizo absolutamente nada luego del problema. Es decir, no cambiaron sus sistemas de seguridad, no formatearon los equipos ni nada que les asegurase, al menos, que el problema ya estaba resuelto.

Debemos encontrar nuevos caminos para revitalizar y fortalecer la economía y la economía digital parece ser uno muy bueno, pero para ello debemos allanar estos senderos con la posibilidad de difundir las tecnologías que tenemos disponibles para lograr la transformación digital, es decir, la revolución al interior de las organizaciones privadas y públicas con el uso de las nuevas herramientas tecnológicas que nos permitirán hacer más y de mejor forma, que debe contar con el compromiso al cambio en todas las cadenas de producción y gestión de los organismos.

Este compromiso debe ser extensivo, en ambos sectores, también para que ocurra la sinergia necesaria para que los cambios se concreten. De parte del Estado, políticas públicas claras y potentes, que incentiven el uso de las nuevas tecnologías, pero también que instruyan a los ciudadanos en los beneficios, alcances y, por qué no decirlo, en los peligros que conlleva el uso irresponsable de la tecnología. Eso puede ser logrado con una Agenda Digital potente, con miradas a corto, mediano y largo plazo, pensando en que debe ser una hoja de ruta que trascienda gobiernos de turno e incluso, ideologías políticas y sociales.

Por otra parte, se debe impulsar este compromiso desde el mundo privado, generando las condiciones necesarias para la adopción de las nuevas herramientas y aportar al sector público, con innovación, apoyo a nuestros colaboradores y uso de tecnologías y ambientes digitalmente seguros.

El científico e innovador, Fernando Fischmann, creador de Crystal Lagoons, recomienda este artículo.

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