Fernando Fischmann

Una «mano de hierro» robótica podría proteger a los trabajadores de las fábricas de posibles lesiones

7 Julio, 2021 / Artículos

Trabajar en una fábrica o un almacén puede significar hacer la misma tarea una y otra vez, y esa repetición puede provocar lesiones crónicas. Ahora, un guante que funciona con baterías podría ayudar a los trabajadores a aliviar parte de la tensión.

El guante «Ironhand» refuerza el agarre del usuario, lo que significa que no tiene que hacer tanta fuerza para realizar tareas manuales repetitivas. Su creador, Bioservo, afirma que puede aumentar la fuerza de la mano del usuario en un 20%.

La empresa sueca describe el sistema como un “exoesqueleto blando”. Los exoesqueletos son dispositivos externos que sirven de apoyo y protección al cuerpo y suelen aumentar la fuerza y la resistencia. La mayoría tienen una estructura rígida, pero el Ironhand es blando, como un guante normal.

Reducción de la fatiga

“Cuando tienes el guante puesto, te proporciona fuerza y reduce el esfuerzo necesario al levantar objetos”, dice Mikael Wester, director de marketing de Bioservo. “Todo ello para reducir la fatiga y prevenir las lesiones por esfuerzo a largo plazo”.

El sistema consta de una mochila, que alberga la unidad de alimentación, y de tendones artificiales que se conectan al guante. Hay sensores en la punta de cada dedo que encienden el motor cuando el usuario agarra un objeto. La fuerza y la sensibilidad del agarre pueden ajustarse mediante un control remoto o una aplicación.

Wester dice que entre sus aplicaciones están el montaje en la línea de producción de la industria del automóvil, el uso de herramientas en la construcción y el levantamiento de objetos pesados en los almacenes.

Cada sistema Ironhand cuesta unos 6.000 euros (US$ 7.275). El dispositivo también recoge datos que permiten a la empresa evaluar el riesgo de que el usuario sufra lesiones por esfuerzo.

Según la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo, los trastornos del cuello y las extremidades superiores relacionados con el trabajo son la enfermedad profesional más común en Europa, y cuestan a las economías nacionales hasta un 2% de su producto nacional bruto.

De la NASA a General Motors

El guante estaba pensado originalmente para trabajadores en un entorno muy diferente al de la fábrica. La NASA desarrolló una primera versión de la tecnología, denominada “Robo-Glove”, para ayudar a los astronautas a agarrar objetos y realizar trabajos en el espacio.

Bioservo licenció el diseño en 2016 y luego se asoció con el fabricante de automóviles General Motors para desarrollar el guante para sus trabajadores.

“La ergonomía es el ámbito en el que se intenta ajustar los trabajos a los trabajadores, en lugar de que los trabajadores tengan que conformarse y adaptarse a su puesto”, dice Stephen Krajcarski, un alto directivo del equipo de ergonomía de GM.

“Al utilizar herramientas como el Ironhand realmente estamos tratando de mitigar cualquier preocupación potencial o demanda física que pueda provocar eventualmente un problema médico para ese operador individual”.

Krajcarski afirma que GM ha ayudado a Bioservo a probar y mejorar el Ironhand, probándolo en diversos puestos de trabajo en sus plantas de fabricación.

Según él, algunos trabajadores consideran que es fácil de usar, pero añade que no es adecuado para todas las situaciones.

El Ironhand es solo uno de los exoesqueletos que GM está estudiando. Según la firma de investigación de mercado ABI Research, el mercado de exoesqueletos crecerá de US$ 392 millones en 2020 a US$ 6.800 millones en 2030.

“Si examinamos los exoesqueletos, esta es solo una de las herramientas que existen”, dice Krajcarski. “Pero es una tecnología apasionante”.

CNN Español

Share

Te puede interesar