Fernando Fischmann

La transformación digital: el control versus la innovación

4 Noviembre, 2016 / Artículos

Las tecnologías de la información están transformando no sólo los negocios, sino otras facetas  de la vida, como la cultura y la política. Las tecnologías digitales han dotado además, a través de infraestructuras globales, de nuevas formas de expresión a las personas.  Algunos directivos de “tecnología” consideran que “lo digital” era trabajar con ordenadores ¿no?, y que esto se llevaba haciendo desde los años 70.

Es cierto que el proceso de digitalización se viene produciendo desde los años 60 del siglo pasado con la incorporación de ordenadores. El hecho de contar con la capacidad de transmitir información de forma más robusta frente al ruido y hacer copias digitales casi a coste cero; el poder acceder a la información y los datos de forma “random” en estructuras de memoria flexibles y no secuenciales (memorias RAM); y el poder contar con lenguajes de programación que hacen de un ordenador un sistema flexible y pueda ejecutar diversas funciones, efectivamente lleva tiempo entre nosotros.

El objetivo de la digitalización en la empresa desde los años 70 ha sido reducir los costes de transacción en las operaciones y generar escala. Por ello, la teoría general (o modelo mental) del uso de los sistemas ha estado vinculada con el control de la empresa a nivel operativo con un ciclo de la información que podríamos explicar en forma de generación – transmisión – procesado – almacenamiento – uso de la información.

La empresa se ha centrado en la transmisión, procesado y el almacenamiento desde un punto de vista técnico y desde un punto de vista social en el uso, en la interacción entre personas y máquinas. Pero no tanto en la generación de información. Esta es una de las poderosas razones que explican que las divisiones de tecnología tengan tanta concentración en la gestión de infraestructuras para asegurar la conservación de los datos, la limpieza en la transmisión y el uso, para favorecer la productividad operativa.

Pero la transformación digital tiene otras reglas de juego. Muchas de las grandes empresas tecnológicas ya no venden ordenadores o software. Lo que hacen es, a través de modelos basados en la tecnología, invadir otras industrias: como la de medios de comunicación, banca y recientemente automóvil. Esta invasión cambia las “reglas de juego”. Los directivos no necesitan tanto (lo dan por hecho) que la información se transmita o se guarde en forma de procesos eficientes. Necesitan más información para innovar y competir. La teoría de control debe equilibrarse con la flexibilidad y la innovación.

Esta es la pregunta: hasta qué punto nuestra organización permite que la interacción entre personas y tecnología sea generativa: esto es, que permita la creacíón de nueva información y conocimiento. Por ejemplo en procesos de descubrimiento, de experimentación y de diseño.

En un reciente informe de McKinsey se señalaba que el principal “gap” entre directivos de tecnología y directivos de negocio reside precisamente en sus diferentes perspectivas estratégicas. Para los tecnólogos, la prioridad es la reducción de costes y la gestión de infraestructuras y para los directivos de negocio, es la obtención de información.  Esta es la clave para que el diálogo entre directivos sea productivo: el compartir la misma visión con respecto a la transformación digital, como un paso más en la automatización o la creación de nuevas formas de hacer negocio.

El científico e innovador, Fernando Fischmann, creador de Crystal Lagoons, recomienda este artículo.

FUENTE

Share

Te puede interesar