Fernando Fischmann

Innovar: ¿una cuestión de contactos?

22 Septiembre, 2014 / Artículos

Invertir en I+D es uno de los requisitos para aportar nuevas ideas a la organización, pero no es el único factor relevante para innovar; la capacidad relacional tiene una incidencia clara a la hora de sacar provecho de los conocimientos de los demás para innovar.

Estas conclusiones se basan en una investigación sobre las patentes registradas por una multinacional de dispositivos semiconductores. Concretamente, fueron encuestados casi 300 científicos, investigadores e ingenieros de la división de I+D de la compañía para averiguar a quién conocían y así determinar cómo incidían estas relaciones en sus resultados en innovación.

Alimentar la red de contactos

En esta investigación descubrimos que para mejorar los frutos de la inversión en I+D, resulta crucial «la creación y el cuidado de redes internas que promuevan la diversidad y el acceso a diferentes departamentos de la organización». Por lo tanto, una de las formas más efectivas de estimular la innovación sería fomentar actividades en las que coincidan diferentes grupos de la empresa.

Para poner en práctica más fácilmente esta estrategia, se pueden esquematizar las redes de contactos informales de la empresa, representando los individuos con círculos de colores según el departamento y las relaciones con líneas que los unan.

Algunos grupos destacarán por sus numerosas interconexiones. En estos casos es probable que las personas que los integran trabajen muy bien juntas, con un elevado nivel de conocimiento mutuo e incluso complicidad.

Otras zonas del mapa de contactos estarán más aisladas, con muchas menos conexiones con el resto de grupos. Las personas que mantienen lazos con estas áreas actúan como intermediarios, ya que conectan a personas que de otra forma quedarían aisladas. Este hecho les otorga un papel fundamental para fomentar la innovación.

Las ventajas de los intermediarios

Existen tres grandes motivos por los que estos intermediarios son los mejor situados para convertir el conocimiento de terceros en innovación:

1. Al tener contactos en distintas áreas, es más probable que los intermediarios sean capaces de identificar oportunidades, ya que pueden combinar la información y perspectivas de diferentes departamentos para encontrarles un uso innovador.

2. Como dominan la jerga de distintos campos y conocen las dinámicas de los grupos, les resulta más fácil compartir ideas e informaciones complejas con ellos.

3. Al disponer de un amplio número de potenciales colaboradores, con capacidades y aptitudes diversas, pueden encontrar más fácilmente a las personas adecuadas para cada proyecto, aunque revista cierta complejidad.

Todos estos aspectos, facilitan una mejor comprensión de la «capacidad de absorción», es decir, la facultad de entender, interiorizar y sacar partido del conocimiento de otras personas.

Si se quiere maximizar la innovación, no solo conviene invertir en I+D para generar conocimiento, sino que también es recomendable ponerlo en manos de los miembros de la organización con una red de contactos informal más amplia.

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