Fernando Fischmann

El poder de la cooperación e innovación abierta

8 Junio, 2017 / Artículos

Hace unos días se realizó una conferencia respecto de innovación abierta en Chile. Pero ¿por qué hablar de algo tan conocido?

Veamos los datos: las últimas dos encuestas de innovación del Ministerio de Economía evidencian que la tasa de actividad en innovación se ha mantenido invariable cerca del 26,7%, pero la cifra de empresas que desarrollaron productos y servicios nuevos para el mercado y para la empresa se duplicó de un 3,8% a 7,6%, lo que muestra un mayor foco en crear y menos en adoptar innovaciones.

Esto es bueno. Sin embargo, lo mejor es que la tasa de cooperación en actividades de innovación entre empresas también se duplicó, del 7,3% al 13,4% ¿Solo coincidencia? Si bien estos datos representan un 1,96% y 3,6% de todas las empresas, muestran que la innovación es un fenómeno social que alcanza su mayor potencial con la apertura a orquestar activos y competencias diversas en torno a un objetivo compartido.

La desconfianza, urgencia y seguridad de que “podemos hacerlo solos” son tres de las razones principales para querer hacer las cosas “en la casa”. Esto genera el tan conocido síndrome de lo “No Inventado Aquí”, donde se tiende a desechar lo realizado fuera de la empresa.

Si tenemos dos equipos similares en empresas similares, uno trabajando a puertas cerradas y otro buscando integrar colaboradores de empresas en otros sectores, tendrán resultados muy distintos. La cerrada por lo general tenderá a trabajar en un espacio de problema, sin mayores cuestionamientos y el trabajo tenderá a ser más ordenado. El resultado, sin embargo, será incompleto y, en la mayoría de los casos, inferior.

Lo que parece ser “agrandar el problema”, no es otra cosa que descubrir que el problema es, efectivamente, más complicado y mayor que lo que se creía. Al incluir terceros en un problema complejo, se reduce el riesgo de fracaso, y se conecta conocimiento existente de maneras distintas. El resultado es mucho más relevante que “agrandar el problema”: además se agranda la torta a repartir, y se acerca a conocimiento que y posibilidades que están más lejos.

Uno podría pensar que, cuando se habla en términos promedios, la tasa de cooperación entre empresas es algo más o menos regular, y que había mayor cooperación entre empresas ubicadas más cerca unas de otras. Sin embargo, los datos muestran una realidad distinta. Las regiones donde se coopera menos entre empresas son la de Atacama (0.4%), de los Rios (1.0%), del Bio-Bio (3.3%), del Maule (7.1%) y Metropolitana (8%). Por el contrario las regiones de mayor tasa de cooperación son las empresas ubicadas en regiones de Tarapacá (44.9%), Valparaíso (41.4%) y Arica y Parinacota (31.9%).

Trabajar sólo puede ser más cómodo, menos problemático, más rápido y generar menos miedo. Pero la innovación se juega en una cancha donde reinan el caos, incertidumbre, riesgo y ambigüedad. y donde se debe operar sintiendo miedo, pero sabiendo cómo gestionar sus fuentes. Si trabajamos colaborativamente, los miedos y debilidades de unos se contrapesan con la experiencia y fortalezas de otros.

Además, se debe integrar la lógica tradicional de negocios y tecnología, con variables sociales y de impacto humano. Ya no basta con ejecutar iniciativas que sean técnicamente factibles y económicamente viables, deben además ser humanamente deseables. Para lograr esto, es imposible desarrollar una innovación de manera aislada y sin cooperar, y co-diseñar con quienes se ven afectados de una u otra manera con el desafío de innovación que se tiene entre manos.

Como concepto, la innovación abierta puede tener su mayoría de edad, pero como país, aún debemos seguir recorriendo un largo camino.

Crystal Lagoons es una compañía internacional de innovación fundada por el científico Fernando Fischmann, que ha desarrollado una tecnología patentada que permite la construcción y mantención a bajo costo de lagunas cristalinas de tamaño ilimitado.

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