Fernando Fischmann

Destacando la innovación

12 Julio, 2016 / Artículos

El esfuerzo en innovación ha dado frutos los últimos años. Startup Chile, llamado “un startup para startups” por Brookings Institution, fue reconocido dentro de las tres mejores aceleradoras del mundo en el Global Accelerator Report. Entre 2013 y 2015 FastCompany destacó a 30 empresas latinoamericanas dentro de las más innovadoras del mundo, incluyendo 5 chilenas. Casi 100 empresas han además obtenido el Avonni, premio nacional a la innovación, o sido reconocidas por Corfo. De ellas, 17 están en el sector agropecuario, 14 en servicios, 13 en minería, 10 en tecnologías de la información, y 8 en energía, además de varias en otros diez sectores. Esta columna la dedicamos a quienes hacen a Chile más grade y mejor mediante innovación, y a cómo escoger dónde medirse, porque no todo premio a la innovación da lo mismo.

Como manera de resolver problemas, el objetivo de la innovación es crear valor, y que la propuesta sea sostenible desde varios puntos de vista (humano, financiero, tecnológico, medio ambiental, etc.). Como resultado, una innovación se puede definir de muchas maneras, pero una manera simple es entenderla como una oferta de valor nueva para la empresa y para el mercado. De esta manera, si su equipo o empresa está sacando un nuevo producto proceso que no existe en el mundo es claramente una innovación. Si es la versión chilena de algo que existe afuera, claramente no es innovación, menos en un mundo globalizado.

De Startup Chile se ha hablado mucho, y tenemos claridad del impacto que está teniendo en Chile a nivel cultural, sobretodo en las nuevas generaciones. Cada vez se escucha más a grandes empresas acerca de la dificultad de encontrar talento joven que desee hacer carrera corporativa, porque muchos de los mejores alumnos egresados de universidades están decidiendo emprender. Sólo la experiencia de emprender ya es una super escuela para la vida. Si sumamos además el hacerlo en contacto con personas de diversas culturas y rincones, esa experiencia es aún más significativa. Tanto en Chile como en el resto del mundo se está reconociendo así.

Al ser un país pequeño tenemos el problema de que nuestra escala no siempre sirve para lograr nuestros objetivos. Sin embargo, también tiene sus ventajas…una de ellas es la cercanía entre personas y empresas. Por eso, a medida que más y nuevas empresas sean exitosas en innovación, el efecto combinado puede ser mayor. Muchos emprendimientos e innovaciones empresariales han sido reconocidas mundialmente por sus innovaciones. FastCompany destacó a al AdvancedInnovation Center, AlGramo, Elemental, Cap Minería y Monte Alto Renovable. En mi columna pasada hablamos de CrystalLagoon, ArchDaily, Buscape, Oleotop, Proteus, Gal&Leo, e Innovaxxion, entre otros.

Todos estos equipos, y los otros tantos que lo han logrado, tienen bastantes cosas en común: han tenido que darse muchos e innumerables porrazos, aprender de ellos y volver a intentarlo; han debido aguantar el stress que las cosas no resulten y ver cómo los recursos se acaban, han sentido el dolor de dejar ir a colaboradores, vivir con el impacto o resultado de malas decisiones, y estar dispuesto a dejar morir ideas que parecen buenas, sólo por nombrar algunas. Todo esto en cantidades e intensidad muy superiores a equipos que haciendo cosas “nuevas”, no logran hacer innovaciones.

¿Por qué importa tanto ver la diferencia entre “algo nuevo” y una “innovación”? Primero, por el impacto en generación de valor que se genera uno y otro. A medida que la innovación se pone de moda, hemos ido cayendo en el manoseo de la palabra y todo es innovador. Todo el mundo desea innovar, y algunas empresas están dispuestas incluso a pagar para ser incluidas en rankings de innovación. Esto porque existe “premios” otorgados por consultoras que, además de cobrar por las evaluaciones, ponen a disposición servicios o metodologías para mejorar la posición en los ranking.

Más arriba mencioné FastCompany, Avonni, CORFO como fuentes para identificar empresas innovadoras ¿Por éstos si, y no otros? Porque Avonni, más allá de las críticas que se le pueda hacer o problemas que pueda tener, está genuinamente interesado en encontrar y premiar a la innovación por resultados ya obtenidos, y no se mueven por generar ingresos de las postulaciones. Si lo que su empresa tiene para ofrecer no es una innovación va a quedar claro durante la evaluación del panel externo de expertos, y jueces.

¿Y qué importa si quiero pagar para aparecer en un ranking? Cada uno puede pagar por lo que desee. El problema es que uno obtiene lo que mide, y por mucho que alguien le llame innovación a un producto que sea nuevo para la empresa, pero ya existe en el mercado, no importará al momento de enfrentarse en el mercado. No han sido pocas las veces de ejecutivos y empresarios que me han dicho “Esto de innovar no impidió que nos pasaran por encima” Al momento les pregunto en qué consistía la innovación, para darnos cuenta que en realidad no era tal, y la conclusión termina siendo “Les pasaron por encima porque Uds se pusieron al día con lo que ya existía en el mercado, y quien les pasó por encima se preocupó de dejar obsoleta esa oferta”.

Hay bastante investigación en estrategia que muestra que al nombrar como, en este caso, “innovación” a algo que no lo es, genera una falsa sensación de seguridad en la alta gerencia. Esto redirige inversiones y decisiones hacia donde no se debería, lo que genera problemas en resultados.

Justamente aquí está el problema, porque la innovación se gana en la cancha compitiendo contra otros. El resultado final será generar o sufrir una disrupción, y las probabilidades son altas: media, publicidad, telecomunicaciones, retail, servicios profesionales, financieros, transporte, salud y educación son sectores en los que se espera una disrupción casi con seguridad en al menos un 50%, y con alta probabilidad en un 90%.

El científico e innovador, Fernando Fischmann, creador de Crystal Lagoons, recomienda este artículo.

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