Fernando Fischmann

Tres tipos de trabajos que se beneficiarán de la automatización

21 Diciembre, 2018 / Artículos

A medida que la tecnología transforma nuestra economía, una tendencia recibe cada vez más atención: la expectativa de una creciente automatización del trabajo que hacemos los seres humanos. Y no está en riesgo solo el trabajo manual de baja cualificación sino también los puestos del “conocimiento”, como del análisis operativo y del marketing, que se sustituyen por sofisticados algoritmos de inteligencia artificial.

Pero asimismo están ocurriendo otros cambios que podrían permitir que la dimensión humana del trabajo sea más importante. Si bien es cierto que la tecnología está tomando el relevo de las tareas rutinarias de muchos trabajadores, también está redefiniendo muchas tendencias de la oferta y la demanda que impulsan nuestros mercados globales. Este segundo cambio impulsado por la tecnología puede evitar que la automatización elimine puestos de trabajo; pero los trabajos cambiarán.

Cómo la tecnología está remodelando los mercados
Desde el punto de vista de la demanda, la tecnología proporciona a los clientes más poder que nunca: tenemos mucha más información sobre las opciones disponibles y la posibilidad de cambiar mucho más fácilmente de un proveedor a otro si no se satisfacen nuestras necesidades. Muchos de nosotros también nos volvemos más exigentes: estamos cada vez menos dispuestos a conformarnos con productos estandarizados y de mercado masivo cuando es mucho más fácil buscar los productos de nicho que se adaptan a nuestras necesidades específicas y al contexto.

Además, para aumentar el desafío para los proveedores, cambiamos cada vez más de tener algo en propiedad a modelos de precios basados ​​en el uso, pagando solo por el uso real del producto o servicio, que es más factible gracias a la tecnología que puede controlar nuestro uso. Por ejemplo, algunas compañías ahora permiten que los consumidores paguen el seguro de su auto por kilómetros, usando un pequeño dispositivo inalámbrico conectado al puerto de diagnóstico de un auto, lo que hace que el seguro a todo riesgo sea económico para los conductores de poco recorrido y a los clientes que conducen más no se les subvenciona. Cuando reducimos nuestro gasto en productos físicos, a menudo cambiamos la atención y pasamos a experiencias significativas que enriquecen nuestras vidas.

Muchos de nosotros también usamos la tecnología para bloquear los anuncios y evitar el bombardeo de los avisos publicitarios, las compañías deberán proporcionar el valor y la asistencia que nosotros buscamos en lugar de interceptarnos para llamar nuestra atención. Por ejemplo, una encuesta indicó que el uso de bloqueadores de anuncios entre los usuarios de internet de EE. UU. casi se había duplicado entre 2014 y 2018, llegando a casi un tercio de la base de usuarios. Es solo una señal de una tendencia mucho más fundamental: la erosión de la confianza, no solo en las empresas, sino en todas las instituciones. Muchos creen cada vez más que las instituciones no están sirviendo a nuestros intereses.

Por el lado de la oferta, la tecnología generalmente ayuda a expandir la gama de opciones de productos y, al mismo tiempo, a la compresión de los ciclos de vida del producto. Las tecnologías como la fabricación aditiva a menudo hacen que sea más fácil producir productos a medida en pequeña escala. Donde los productos aún requieren instalaciones de fabricación a gran escala, los pequeños vendedores de productos pueden conectarse mucho más fácilmente con los fabricantes contratados a gran escala y coordinar la actividad de manufactura a distancia. Además, la proliferación de nuevas opciones de productos y el aumento de la información accesible para los clientes contribuye a la compresión de los ciclos de vida del producto ya que los nuevos ingresan al mercado más rápidamente para desafiar a los anteriores.

Entonces, ¿cuál es el resultado? Los productos y servicios estandarizados de mercado masivo están dando paso rápidamente a los más especializados y creativos en una creciente gama de mercados. En lugar de vernos como “clientes” indistinguibles, los vendedores se están dando cuenta cada vez más de que cada uno de nosotros es una persona única con necesidades distintas y cambiantes, y que su éxito dependerá de la comprensión y la atención prestada a estas necesidades. En lugar de tratar de interceptarnos con anuncios, deberán convertirse en útiles para que corra la voz y los buscaremos.

Cómo cambiará nuestro trabajo
Como consecuencia, la naturaleza del trabajo probablemente experimentará una profunda transformación en dos frentes. En primer lugar, las máquinas se harán cargo cada vez más de las tareas rutinarias que definieron el trabajo en un mundo estandarizado de productos de mercado masivo. En segundo lugar, la única forma de crear valor en un mundo de productos más diferenciado y rápidamente cambiante será redefinir el trabajo en un nivel fundamental para centrarse en las capacidades claramente humanas como la curiosidad, la imaginación, la creatividad y la inteligencia emocional y social.

En general, veremos tres categorías diferentes de trabajo que se volverán más importantes en una economía que cambia rápidamente. Primero, habrá más negocios para creadores para anticipar las necesidades en rápida evolución de los clientes individuales y diseñar y entregar productos y servicios creativos y muy personalizados. En muchos aspectos, notaremos la reaparición de empresas artesanales que ya están surgiendo en áreas como la cerveza y el chocolate. Estas podrían permitir a cada vez más personas que de sus aficiones como carpintería y tejer podrían ganarse la vida conectándose con los clientes de una manera mucho más profunda y duradera.

En segundo lugar, destacará una categoría creciente de trabajo para componedores, personas que entienden profundamente las aspiraciones y necesidades de pequeños nichos de clientes y que pueden componer experiencias atractivas y gratificantes para esas personas. Esta categoría crecerá y se volverá cada vez más gratificante a medida que los clientes cambien su enfoque de ser propietarios de productos físicos a buscar experiencias significativas y memorables. Estas experiencias pueden variar desde recorridos por galerías de arte o jardines en un barrio hasta experiencias interactivas que nos ayudan a conectarnos con los demás de formas más ricas y profundas. Por ejemplo, un trabajador de la madera podría organizar una reunión de carpinteros para compartir sus experiencias e inspirarse entre sí.

Por último, veremos una tercera categoría de trabajo para entrenadores (coaches en inglés) que ayudarán a los clientes a lograr más de su potencial en varios ámbitos. Como un indicador inicial, estamos notando un número creciente de entrenadores de “bienestar” (wellness) que nos ayudan a mantenernos saludables y mejorar nuestro rendimiento físico. Pero, mientras buscamos alcanzar más de nuestro potencial, es probable que veamos una gama cada vez mayor de entrenadores en áreas tan diversas como citas y relaciones, viajes, entretenimiento, asuntos financieros y aprendizaje de por vida. Este entrenamiento también podría existir en la jardinería o en la expresión creativa de las personas a través de su vestimenta o maquillaje.

¿Cuál es el resultado? Cada vez habrá menos trabajo realizado por humanos en las tareas rutinarias que definen la mayoría del trabajo en la actualidad. En parte, esto ocurrirá porque las máquinas podrán realizar este trabajo mucho mejor. Pero otra razón mucho más convincente es que este trabajo será cada vez menos relevante para las empresas y su creación de valor, ya que los clientes generalmente se vuelven más exigentes y sus necesidades cambian. El centro del trabajo cambiará hacia una actividad que recurra a capacidades mucho más humanas y las máquinas lo tendrán mucho más difícil de replicar.

La verdad es que los humanos tenemos un conjunto insaciable de necesidades. Tan pronto se cumplan las más básicas de alimentación y refugio, generalmente comenzamos a levantar la vista y buscar formas de lograr cada vez más de nuestro potencial. Y la maravillosa verdad es: esas necesidades que nos permiten lograrlo probablemente serán las que impulsen la evolución del trabajo precisamente. Las oportunidades emergentes podrían no requerir títulos universitarios, pero sí pasión y un deseo de conectarse con los demás de modo más enriquecedor y significativo.

No cabe duda de que esta transición será un reto: nos obligará a cuestionar algunas de nuestras creencias más básicas sobre el trabajo y los negocios. Por ejemplo, las compañías deberán pasar de ver a los empleados como un costo para reconocerlos como un activo capaz de crear un valor de constante expansión. Tendrán que desafiar la mentalidad de la imperante eficiencia y adoptar la postura centrada en el acelerado aprendizaje para abordar las necesidades de los clientes que evolucionan rápidamente.

Pero la conclusión sería que la tecnología está liberando fuerzas de mercado que pueden recompensar a los que abordan estos desafíos y marginar a quienes los ignoran.

Y, lejos de quitarnos el trabajo y aplastar nuestra humanidad, la tecnología puede brindarnos la oportunidad de centrarnos en el trabajo y las actividades que nos ayudarán a lograr cada vez más de nuestro potencial. ¿Qué mejor servicio podría proporcionar la tecnología?

El científico e innovador, Fernando Fischmann, creador de Crystal Lagoons, recomienda este artículo.

Harvard Business Review

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