Fernando Fischmann

Redes eléctricas: la clave para una transición verde e inteligente

27 Abril, 2021 / Artículos

Como si del sistema circulatorio se tratase, las redes de distribución permiten conectar y suministrar energía eléctrica a los diferentes territorios, hogares y compañías. Sin ellas, no habrá revolución verde. Con la transformación que vive el sector, las redes se han convertido en un elemento indispensable que tiene que dar respuesta a un mayor volumen de energía renovable, una mayor demanda de electricidad, un consumidor más conectado y unos usos más sostenibles y tecnológicos, como el vehículo eléctrico, el autoconsumo o las ciudades inteligentes.

Su digitalización y automatización permiten operar de forma remota y en tiempo real de la red, conocer el estado de cada nodo, segmento y elemento y aumentar la eficiencia y eficacia operacional de las líneas. Es decir, facilitan una gestión adecuada a las características de los nuevos usos eléctricos: sistemas inteligentes de recarga del vehículo eléctrico, una generación distribuida (generar energía eléctrica a través de sistemas que se encuentran muy cercanos a los hogares a partir de fuentes de energía renovables), una mayor monitorización del consumo, electrodomésticos inteligentes, almacenamiento eléctrico y agregadores de demanda.

Sin redes de distribución no habrá revolución verde

Además, la mejora de la inteligencia de la red tiene otros efectos adicionales positivos como la mejora de la calidad de suministro, la reducción de las pérdidas o el incremento de la seguridad ante condiciones de funcionamiento más exigentes por la integración de todos estos nuevos usos eléctricos.

A esto se suman los beneficios socio-económicos, de sostenibilidad y competitividad. Según el informe Connecting the dots, de Eurelectric, la Unión Europea podría ahorrar más de 175.000 millones de euros anuales en importaciones de combustibles fósiles y reducir la media de los costes de la electricidad entre 28.000 y 37.000 millones de euros a largo plazo.

Pero para seguir avanzando en esta transformación, las redes necesitan un marco estable y favorable a la digitalización y modernización de estas infraestructuras y un esquema de inversión que incentive la adopción de esta nueva realidad tecnológica.

Conscientes de este reto, Iberdrola ha destinado 2.000 millones de euros a la digitalización de las redes eléctricas que opera, con la instalación de casi 11 millones de contadores digitales en España y la infraestructura que los soporta, a los que ha incorporado capacidades de telegestión, supervisión y automatización.

Este proyecto, uno de los más avanzados del mundo, se ha convertido en motor para la innovación tecnológica y posiciona a esta industria como referente internacional de soluciones digitales escalables a otros países. En España, las inversiones en redes de distribución generan cada año unos 30.000 empleos locales de alta cualificación técnica y otros tantos empleos anuales adicionales asociados a estas inversiones. Además, sustentan una cadena de valor industrial con un 90% de suministradores locales, muchos de ellos pymes (fabricantes bienes de equipo, ingenierías, empresas de montaje, obra civil, logística, proveedores materias primas, aislantes, soldadura, etc.), distribuidos de forma capilar por el territorio.

A día de hoy, Iberdrola ya opera uno de los sistemas de distribución eléctrica más importantes del mundo: más de 1,2 millones de kilómetros de líneas eléctricas y más de 4.400 subestaciones, que distribuyen electricidad a más de 34 millones de personas en el mundo. En España, gestiona más de 270.000 kilómetros de líneas de alta y media tensión en diez comunidades autónomas en España, que atienden a una población de 17 millones.

Las nuevas inversiones reforzarán su posición en este mercado: entre 2020 y 2022, la compañía tiene previsto destinar 12.500 millones de euros y otros 14.600 millones en el período entre 2023 y 2025. Además, fruto de su apuesta por la digitalización, la compañía dispone a día de hoy de 15 millones de contadores inteligentes en el mundo, que serán cerca de 17 millones en 2022 y superarán los 21 millones en 2025. Con este tipo de contadores, el cliente se sitúa en el centro, de manera que puede beneficiarse de tarifas y productos a medida, fomentando además la eficiencia y el ahorro.

Recargas de vehículo eléctrico

La red inteligente sienta las bases también para el desarrollo de sistemas de gestión inteligente de las recargas de vehículo eléctrico o smart charging. En primer lugar, porque permite monitorizar la red para mejorar su operación. Además, optimiza el proceso de recarga de los vehículos eléctricos mediante el control directo de los puntos y favorece la integración de tecnologías Vehicle to Grid (V2G), que van un paso más allá y permiten que el propio vehículo eléctrico preste servicio retribuido a la red eléctrica, aportando un beneficio extra al propietario del vehículo.

Otra de las ventajas de una red y recarga inteligente es que contribuye a adaptar la demanda a la capacidad de la red, la limita en las horas punta, reduce las congestiones y minimiza las necesidades de esfuerzo de la red.

El científico e innovador, Fernando Fischmann, creador de Crystal Lagoons, recomienda este artículo.

La Vanguardia

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