Por qué debe especializarse en innovación
11 Mayo, 2017 / ArtículosNo es casualidad que en América Latina los conceptos de emprendimiento, creatividad e innovación se hayan convertido en temas recurrentes en universidades, escuelas de negocios y empresas, dando lugar a la aparición de programas de postgrados sobre estos temas.
Aunque en Chile la oferta de programas de este tipo es incipiente, llama la atención que año a año crezca la oferta. Mientras universidades como Adolfo Ibáñez, de Santiago de Chile y Católica de Chile tienen postgrados de innovación, en la Universidad Finis Terrae están por dictar por primera vez un programa de creatividad.
Se pensaría que este interés de parte de la academia por crear programas de este tipo se debe a la alta demanda, pero lo cierto es que más bien se trata de una medida para anticiparse a la demanda que con los años puede venir de parte de las empresas, que se verán en la obligación de desarrollar nuevos productos y servicios para atacar las nuevas necesidades de las industrias.
Varios de los reclutadores de talento en Chile coinciden en que la oferta por profesionales especialistas en innovación ha crecido, pero tímidamente. Es en este escenario que están los casos de las multinacionales y grandes empresas que tienen áreas dedicadas a la innovación o departamentos que ven este tema junto con otras áreas de negocios. También están las startups y las medianas empresas, que están intentando desarrollar nuevos mercados a través de la creación de productos.
Según relata Karina Pérez, directora de Robert Half Chile, hace cinco o seis años que se pueden ver en Chile empresas que se dedican totalmente a este tema o tienen gerencias de innovación. Generalmente, se trata de compañías de retail, tecnología, telecomunicaciones, consultoría y servicios financieros.
“Siempre se asocia a las grandes empresas, porque se requiere de presupuesto y no todos pueden hacerlo. A su vez, también los más jóvenes están ligados con la innovación, creando nuevos productos o servicios”, dice Pérez.
En el caso de las medianas empresas, que están orientadas a la ingeniería, René Ormeño consultor de la división de Ingeniería y Manufactura de Michael Page, dice que existen los casos de las compañías que “siguen trabajando como han hecho hasta el día de hoy y otras que se dieron cuenta que deben cambiar la mirada y no sólo observarse, sino que mirar hacia afuera, teniendo mejores prácticas, por ejemplo. Algunas son más efectivas con la rotación e incorporación de ideas nuevas y otras, que son más estables, la innovación pasa a ser una barrera importante a nivel de entrada”.
A esto, Pérez, de Robert Half, complementa que “cuando ves gente en Chile que se dedica a esto, generalmente están en tres bloques: en el área comercial, de operaciones o en procesos”.
Creativos, experimentados y rebeldes
Desde abogados a ingenieros civiles, así de variado es el perfil de los profesionales que se dedican a la innovación en Chile. Todo depende del rubro de la empresa y de lo que esté buscando.
De acuerdo con Ormeño, de Michael Page, varios son ingenieros con conocimientos comerciales que empiezan a comprender el negocio y realizan un desarrollo de productos para poder solventar el crecimiento y mantención de las empresas. Pero también se busca un candidato con una mentalidad más holistica, que comprenda que el desarrollo del producto atacará una necesidad del mercado, de forma rentable.
A su vez, Lucas Canevaro, Managing Director de DNA Human Capital, dice que el punto en común es que son perfiles rebeldes y creativos, pero con capacidad de ejecución. “No hay regla, en general se trata de gente en torno a los 30 y 40 años, con un muy buen mix entre estudios y experiencia de vida. A esto se suma que las empresas buscan profesionales brillantes, que hayan cursado un MBA en el extranjero, con estudios de innovación y de negocios”.
Ya sea con estudios de innovación o experiencia en el área, se busca principalmente una persona que pueda aterrizar ideas, con capacidad de gestionar proyectos, que posea liderazgo y carisma, conozca el mercado y tenga experiencia en negocios.
Los responsables de las maestrías de innovación se han dado cuenta del variado perfil de los profesionales que se dedican a esto, y por lo mismo su foco es heterogéneo. Desde La Universidad Católica, el director de su Magíster de Innovación, Marcos Singer, dice que este programa está pensado para el emprendedor, el ejecutivo de empresa y aquellos que trabajan en organismos públicos y privados, que apoyan estos procesos.
Para explicar lo que se busca con este tipo de programa, Singer dice que mientras el estudiante de un MBA es un animal corporativo, que quiere subir en el organigrama, aumentar su sueldo y responsabilidades, además de estar inserto en el mundo tradicional corporativo; el alumno de innovación tiene otras historias y quiere otras cosas, tiene ánimo de viajar y conocer, por ejemplo.
Canevaro, de DNA Human Capital, cree que los que realmente se pueden beneficiar de este tipo de maestrías son aquellos que quieren potenciar este perfil o buscan una estructura de referencia. Pero quienes creen que a través de estos programas se convertirán en innovadores, pierden su tiempo, porque su capacidad de innovación debe ser innato, porque no hay escuela de genios.
Pensar a largo plazo
Si bien actualmente son escasos los puestos en innovación y parece ser más bien una apuesta para quienes se dedican a ésta, Karina Pérez, de Robert Half, dice que este tema hay que visualizarlo a largo plazo, porque lo más probable es que de acá a 10 años quienes ahora se dedican a la innovación estén bien posicionados.
Canevaro aconseja, además, que para quienes tengan 20 años, puede ser una buena carrera, pero deben abrazar el riesgo, viajar o trabajar en el extranjero cada vez que tengan la oportunidad y arriesgarse a aceptar nuevas posiciones.
Tengan presente que la innovación será un tema que no parará más.
El científico e innovador, Fernando Fischmann, creador de Crystal Lagoons, recomienda este artículo.
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