Fernando Fischmann

Las claves para emprender en sectores emergentes

12 Noviembre, 2015 / Artículos

Los sectores emergentes tienen unas particularidades diferentes a los convencionales por lo que emprender en ellos presenta algunas diferencias. Para hacerlo con éxito, hay unas claves que se deben tener en cuenta. Los perfiles profesionales emergentes con mayor demanda en España

A la hora de hablar de sectores emergentes siempre se tiende a pensar en el sector TIC, Internet, redes… “pero son instrumentos que nos pueden facilitar entrar en un sector emergente”, según ha explicado Doroteo González, socio director de IMD Soluciones y profesor de ESIC Business & Marketing School a elEconomista.es

El problema de emprender en un sector emergente “es cómo se gestiona el futuro, entendiendo que el futuro ya no es lo que era porque han cambiando las variables -la crisis económica es una variable más-, por lo que hay que considerar otra serie de elementos que son el mercado y la idoneidad del momento”, ha indicado Doroteo González, quien ha participado en la II Jornada de Excelencia Emprendedora, que ha organizado ESIC y la Fundación Emprender en Aragón dentro de la Semana de la Persona Emprendedora en Aragón, con la conferencia ‘La fuerza de los emprendedores en los sectores emergentes’.

Contar con el consumidor

De este modo, a la hora de abordar un sector emergente, hay que tener en cuenta el consumidor porque el perfil ha cambiado mucho. Y un buen ejemplo de ello es el sector del turismo en el que ya no hay tantas diferencias por el nivel de renta, académico o por el lugar en el que se vive, produciéndose situaciones en las que se opta, por ejemplo, por acudir un spa de lujo a través de un vuelo low cost.

También es fundamental tener en cuenta el arraigo local. Por ejemplo, “acciones pensadas para la actividad transformadora agropecuaria en Galicia no son válidas para otra comunidad autónoma. El emprendedor tiene que tener visión global, pero hay que ser consciente de que se actúa en local”.

Además, es muy importante que si el emprendedor quiere llegar a ese sector emergente “como pionero o colono”. Una decisión que debe adoptarse porque “el sector emergente no ofrece confianza absoluta en un primer momento y cuando hay visos de ser exitoso se produce una saturación de entidades y operadores, de oferta…”.

Conocer el sector

Otra de las claves radica en observar bien el sector y tener claro en qué parte de él se quiere situar el emprendedor. Por ejemplo, en el caso del sector energético, los procesos de producción y comercialización han evolucionado por lo que “la persona que emprende en él tiene que tener claro en qué parte de la cadena de valor quiere estar”.

El emprendedor también tiene que fijarse en la sostenibilidad del sector emergente: “pensábamos que La Meca estaba en países de América Latina y de Oriente, pero no ha sido sostenible” porque un “país es igual que un sector. Si no está bien consolidado, puede poner en riesgo”.

La innovación no puede obviarse con los sectores emergentes. La I+D “son recursos para el conocimiento, pero no se acaba ahí porque el conocimiento por sí solo no lleva a ninguna parte. Es donde surge la innovación: uso el conocimiento para convertirlo en dinero por los procesos de actividad o por conversión en tecnología o propuestas que van al mercado al que nos vamos a dirigir”.

Plan de negocio

Y todo ello se tiene que sustentar en “un plan específico para el abordaje de un proyecto empresarial en el sector emergente. No es un plan de empresa y de una actividad normal. Hay que darle una vuelta de tuerca al plan”, de manera que se contemplen elementos como un escenario no convencional, el análisis de la cadena de valor del sector emergente y del sector convencional que ha alumbrado al emergente.

De este modo, en el caso de que el sector emergente sea nuevo, se tiene que “buscar y construir la cadena de valor para hacerse sitio en ese sector”, mientras que si es un sector que emerge desde uno clásico “se debe ver la evolución”.

Y, por supuesto, no hay que olvidarse de “valorar la vocación y saber si queremos ser protagonistas o actores en la cadena de valor. La clave está en dominar la cadena de valor”.

Otros consejos a tener en cuenta son la paciencia y “pensar en la relación presente-futuro. Un futuro debe estar soportado por un presente y no por una ilusión. Hay que tener en cuenta las evidencias”.

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