Fernando Fischmann

El usuario se convierte en causa y juez de la innovación

9 Agosto, 2016 / Artículos

Los avances tecnológicos han supuesto una disrupción económica sin comparación posible en la historia, mucho más allá de las implicaciones que tuvo la Revolución Industrial en el siglo XIX.

Una transformación digital en la que los usuarios se convierten no sólo como consumidores, sino también como catalizadores de los profundos cambios en la industria y los mercados, quienes deben irremediablemente apostar por la escucha activa y la innovación para mantenerse en la ola.

En esa misma línea, la Fundación Innovación+España ha celebrado una jornada en la que se ha analizado cómo las compañías pueden adaptarse a las necesidades de los clientes y ofrecerles un valor añadido. Esta entidad agrupa ya a 11 multinacionales de diversos sectores, pero unidas con una misma vocación: impulsar la innovación y el empleo en nuestro país.

Así lo ha manifestado Helena Herrero, presidenta de HP Inc. en España y Portugal, mismo cargo que ocupa en la Fundación I+E. “No queremos tan sólo concienciar sobre la importancia de la innovación en España, aunque es cierto que estamos lejos del 2% que recomiendan las instituciones internacionales, sino que queremos poner en valor la responsabilidad añadida que tenemos las empresas. Y es que la innovación privada es más eficiente”, explicó la directiva. “De hecho, calculamos que, con aumentar la inversión en I+D un 0,4%, aumentaría el PIB en un 5%”. Para Herrero, “escuchar es algo fundamental: estamos diseñados mejor para escuchar que para habla, pero hay que ir un paso más allá: tenemos que comprenderles, anticiparles y responder a las necesidades pero sorprenderles al mismo tiempo”.

Paco González Bree, director de Innovación de la Deusto Business School, ha confirmado estas necesidades al afirmar que “la innovación tiene implicaciones directas en las cuentas de resultados de las compañías. También tiene repercusiones demostradas en el nivel de empleo y la calidad de vida de los países”. Eso sin contar la sempiterna amenaza de la ‘deriva estratégica’: el riesgo de que una empresa tradicional que no apueste por el I+D se vea arrollada por un nuevo agente digital, proveniente incluso de otros mercados.

Un buen ejemplo de cómo la innovación debe pivotar en torno a las necesidades futuras de los ciudadanos es la movilidad de ciudadanos en edificios, transportes públicos y ciudades. Javier Sesma, director del Thyssenkrupp Elevator Innovation Center, ha explicado que hoy se están construyendo tres veces más rascacielos que en los años 2000 y que, cada día, se construye el equivalente a una ciudad de un millón de habitantes.Un desafío que la compañía de origen alemán ha abordado mediante el codiseño con los planificadores urbanos y gracias al trabajo de los profesionales de su centro de I+D en Gijón (Asturias). Así han surgido proyectos como Accel (un proyecto de movilidad horizontal que promete mover a 7.000 personas por hora por medio de un sistema de paletas solapables con pasamanos sincronizados que llegaría a alcanzar los 12 km/h) o Multi (que permita “romper los límites que el cable impone a los ascensores en la actualidad, permitiendo que se mueva en horizontal, vertical y en distintas direcciones”)Siguiendo en el terreno de la movilidad, pero yéndonos al ferrocarril, vemos otro gran ejemplo de innovación ‘made in Spain’. Alstom es uno de los fabricantes de referencia en el sector y también uno de los que más apuestan por el I+D, atesorando 38 proyectos de innovación en los últimos dos años en sus 5 centros de innovación en nuestro país, donde reinvierten un 2% de su presupuesto en esta área.

Leopoldo Maestu, de Alstom, ha sacado pecho de que el ferrocarril ha sido “pionero en movilidad eléctrica, transporte autónomo o el uso eficiente de energía”. En ese sentido, su propia compañía está codiseñando y escuchando a sus clientes y socios tecnológicos para aplicar nuevos conceptos de diseño (como el modelo dúplex, con el que consiguieron ‘crear’ dos pisos en el mismo espacio de trenes para mitigar la masificación del ferrocarril en Francia o Alemania), así como para implementar nuevas experiencias de usuario, como ventanas y mesas digitales.

El científico e innovador, Fernando Fischmann, creador de Crystal Lagoons, recomienda este artículo.

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