Fernando Fischmann

Creatividad + utilidad = innovación

27 Octubre, 2014 / Artículos

No conocemos la innovación. Pensamos que es un complejo proceso en poder de unos pocos, principalmente las grandes empresas, que destinan ingentes recursos en implantar un nuevo procesador a un ordenador, más caballos a un motor de un coche o una forma determinada a la gran pantalla de las televisiones.

Pero la innovación puede ser algo mucho más sencillo, con modificar un proceso, mejorándolo y añadiendo valor basta. Yo siempre pongo el ejemplo de trolley. Algún genio innovador pensó: ¿Por qué tenemos que cargar con la maleta si podemos arrastrarla con ruedas? Y creó una innovación que arrasó en el mercado… ¿Quién compra ahora una maleta tradicional? Y no solo cambio las maletas, sino otros elementos del sector como las mochilas de los niños.

Propongo un ejercicio. Observar algún objeto que tengáis a mano, en casa, en la cocina o en la oficina, y pensar cómo podríais mejorarlo. Ya sea añadiéndole algo que lo haga más útil, modificándole algo que lo haga más fácil de usar, o simplificando sus características para hacerle más funcional. Este es el primer paso de la innovación, pensar en mejorar lo que ya tenemos. La creatividad y el inconformismo que nos empuja a ser cada día un poquito mejores. Este proceso no sólo provoca la mejora de los objetos que ya tenemos, sino que activa en nosotros la herramienta para detectar nuevas necesidades y sus soluciones.

Este es el instrumento que ha hecho que la humanidad crezca, una humanidad que desde sus origines creó utensilios que nos hacían la vida mejor. La civilización que inventó la rueda, que unida a la maleta, nos hace más fácil transportar nuestro equipaje por los largos pasillos de los aeropuertos.

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