Fernando Fischmann

Así es una semana innovando en Oslo

9 Noviembre, 2016 / Artículos

El petróleo representa alrededor del 64% de todas las exportaciones de Noruega, una dependencia que el gobierno de este país está tratando de reducir de manera acelerada ante el desplome del precio del crudo en los últimos tiempos. Para ello, el gobierno noruego ha planteado reemplazar su modelo económico, basado en la explotación de los recursos naturales de esta bella tierra, por otro mucho más sostenible y con una proyección prácticamente infinita: la economía digital.

En este ambicioso marco de actuación se engloba la Oslo Innovation Week, el evento bandera de la innovación y el emprendimiento en Noruega y que aspira a elevar este país a la primera liga de la industria tecnológica en el corto plazo. «Ya basta de palabras, lo único que valen son los hechos», ha defendido Marit Hovik Hartmann, portavoz del evento. «Nuestro país tiene muchísimas ventajas competitivas para ser el nuevo epicentro de la tecnología y la innovación mundial, desde una relación natural y muy cercana entre gobierno y empresas hasta la presencia de talento de múltiples disciplinas en un espacio muy concentrado».

Estos pilares son complementados con una curiosa filosofía de innovación, que combina la poesía o la filosofía con la lógica aplastante de la sociedad nórdica: «Creemos en el poder de las parejas inusitadas, porque la innovación viene de combinar lo que nunca se había juntado», explica Hovik Hartmann. «La innovación radical sólo puede surgir de parejas que conectan mundos aparentemente incompatibles, como la moda y la música, el petróleo y la sanidad, la tecnología y los refugiados, el sector público y el privado, la universidad y la empresa, grandes multinacionales con pequeñas startups…».

Con este telón de fondo se han presentado al mundo empresas tremendamente disruptivas como EpiShuttle (una camilla encapsulada y con presión negativa para trasladar de forma cómoda y segura a enfermos de ébola), AndoyaSpace Center (una empresa que quiere competir con la NASA y la ESA al lanzar cohetes de bajo coste al espacio con los que desplegar satélites), Spiri (una plataforma para compartir vehículos eléctricos que promete reducir el tráfico y la contaminación en las grandes urbes) o ForestVision, una start up que quiere frenar la deforestación de los bosques con la ayuda de los satélites.El coche conectado (con actores locales como HipDriver), motocicletas 100% eléctricas (como las locales de Carpoint) o la impresión 3D también han sido otros de los campos donde más proyectos noruegos han surgido en los últimos cursos.

El terreno educativo ha sido uno de los protagonistas inusitados de esta edición de la Oslo Innovation Week, gracias principalmente a Kahoot, la aplicación de moda en los colegios de todo el mundo y cuyo nacimiento comparten Noruega e Inglaterra. Esta sencilla plataforma de preguntas y respuestas cuenta ya con 33 millones de estudiantes y 3,5 millones de profesores, los cuales se han dado cuenta de la importancia de la gamificación y la motivación social a la hora de aprender.

El científico e innovador, Fernando Fischmann, creador de Crystal Lagoons, recomienda este artículo.

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