Fernando Fischmann

Apple cumple 40 años dando lecciones de liderazgo empresarial

11 Noviembre, 2016 / Artículos
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No cabe ninguna duda de que el mundo era uno antes y es otro después de la fundación Apple, el gigante de la informática, por parte de Steve Jobs, Steve Wozniak y Ronald Wayne en Palo Alto, California.

Pero no solamente algo cambió en el mundo de la computación, la comunicación y el entretenimiento. También, dada su trascendencia, se ha convertido en un objeto de estudio en foros y clases en los que el management es el tema a analizar.

Todo empezó cuando estos emprendedores decidieron montar una empresa para vender el kit de microcomputación que Wozniak había creado para el Hombrew Computing Club de Silicon Valley. Se trataba de un grupo de aficionados a la electrónica que se reunía todas las semanas en la localidad de Santa Cruz, California. Hasta entonces, los computadores eran de grandes máquinas del tamaño de una habitación. Y la potestad de fabricarlas la tenía IBM, que las instalaba solamente en grandes empresas.

La idea de Wozniak, que era el ingeniero del grupo, era crear un ordenador personal barato que podía utilizar un televisor convencional como monitor. Steve Jobs, era el visionario, el hombre de negocios y fue quien le vio el potencial comercial de la idea y quien bautizó a la naciente empresa como Apple y al computador personal como Apple I. En comparación con las enormes e inaccesibles computadoras de la época, el Apple I costaba la módica suma de  U$D 666.66.

El éxito llegó y por un buen rato. Pero no todo fue siempre miel sobre hojuelas, pues tras su increíble arranque a principios de los años 80, a Apple le llegó una época difícil que hizo peligrar su vida y le llevó al borde de la quiebra. Entre otras consecuencias de esto se dio la salida  de Steve Jobs. Quien, sin embargo, volvió en 1997 con el apoyo para Apple de terceras compañías, como Microsoft, que ayudaron a sacar a flote a la empresa en problemas. De esto han pasado ya dos décadas y, desde entonces, Apple es ahora la mayor compañía tecnológica del planeta por ingresos y una de las mayores empresas cotizadas en bolsa.

¿Por qué? Aquí he aislado algunas razones que comparto con ustedes:

Steve Jobs, el líder empresarial de Apple, era un jefe implacable, pero al mismo tiempo, impulsaba un ambiente colaborativo en el que pudiera surgir la innovación. Eso los ha hecho únicos.

Apple tiene identidad propia, que estaba ligada a la identidad de Jobs. Su identidad está en cada producto Apple del pasado y el que se desarrolle a futuro. Ese es el resultado de haber creado una filosofía empresarial y de diseño.

Apple nunca temió aliarse con su potencial competidor. En 1984, la compañía lanzó el ordenador Macintosh, que popularizó la metáfora del escritorio con ventanas, carpetas y un puntero que se manejaba con un ratón. Hasta entonces sólo se habían desarrollado algunos modelos experimentales desarrollados por el departamento de Investigación y Desarrollo de Xerox. Pero nunca salieron a la luz. Jobs descubrió la idea durante una visita a los laboratorios de la empresa y se enamoró inmediatamente de la idea. De manera que llegó a un acuerdo con Xerox para desarrollar su propia interfaz con elementos propios, como ventanas flotantes que era posible mover sobre el escritorio en lugar de ocupar posiciones fijas.

La empresa siempre fue capaz de visualizar el futuro. A pesar de la caída en el mercado algunos de los productos de Apple de la década de los 90, la empresa no se estancó pensando, únicamente, en perfeccionar sus productos ya conocidos. Y tuvieron la capacidad de predecir lo que sucedería a largo plazo. De hecho, ya en  1987 la empresa comenzó a desarrollar un ordenador de bolsillo con pantalla táctil, el Newton, que finalmente llegó al mercado en 1993. Lo que dio paso a lo que ahora conocemos como smartphones o teléfonos inteligentes.

Huyó de la zona de confort. En la década de los 90, Apple volvió a posicionarse como líder en computadores y programas de computadora. Y posiblemente era porque sabían lo que hacían. Pero Steve Jobs decidió salir de la zona de confort y dar pasos inciertos (aunque Jobs conocía a su potencial clientela). Aevos mercados. Así fue como Apple dejó de ser una empresa centrada únicamente en los ordenadores y llegó el iPod, lanzado en octubre de 2001. Aunque existían otros reproductores de MP3 en el mercado, Apple consiguió un equilibrio sorprendente entre portabilidad y capacidad. El primer iPod era capaz de almacenar mil canciones en un volumen menor al que ocupaba un reproductor de cintas magnéticas. Cabía en el bolsillo de cualquier pantalón. Otros reproductores MP3 tenían tamaños similares pero mucha menos capacidad o más capacidad pero en un peso y tamaño mayor. Apple lo volvió a hacer.

Hoy, 40 años después del primer paso, Apple sigue liderando la innovación y demostrando que no basta con soñar, idear, mentalizar. Que una empresa es capaz de salir adelante, solo si toma los riesgos de hacer esos sueños realidad.

El científico e innovador, Fernando Fischmann, creador de Crystal Lagoons, recomienda este artículo.

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